Con tu boca de levante consentida
me besas y me sabes a cenicienta retama;
son tus ramas maldiciones de gitana
marabunta farisaica en letanía,
y tus pómulos la excusa al lirismo en demasía,
y tu cuerpo es un exceso, que me cubre, me amalgama,
busco en ti el sentido de la lluvia de mañana,
a través de la marea de tu entraña amanecida.
© Sandra Rubio
martes, 19 de marzo de 2013
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