jueves, 18 de febrero de 2010

Desaparición anónima

Desayunaremos rutina, el día último.
Seguiremos sin saludar a los desconocidos.
No se lo merecen...

No tenemos TIEMPO.

Gris diario, mudo tránsito.
Fundido en negro, abismo sin retorno.

El silencio nos aplastará en el acto.

¿Por qué ya no le celebramos
rituales a la muerte?
No hay TIEMPO.
Mejor el exterminio sin boato...
la desaparición anónima.

© Rosario Troncoso.
(De ""Juguetes de Dios"")

Mientras tú duermes

Mirándote despacio,
con esta media luz,
tu cuerpo es un barco anclado
en los muelles de la noche.

Nada hay más bello
en este preciso instante
que tu cuerpo desnudo
tendido sobre las sábanas.

La luz de la Luna llena
entra en la habitación
iluminando tus pechos
callados, serenos, suaves.

Mis ojos son manos
que te recorren en silencio
y acaricio lentamente tu piel
mientras tú duermes.

© Miguel Ángel Rincón Peña
(Del libro "Poemas en el equipaje")

El exceso

He de beberte a sorbos muy pequeños,
deletrear las frases, hacer alto
después de cada encuentro,
cerrar los libros de las confidencias,
amarte muy despacio, y distanciando
los besos como islas.

© Josefa Parra
(De "Geografía carnal")

Soy

(autorretrato)

Soy lo que ves, y a veces lo que se esconde.
Soy palabras vacías en un papel manchado.
Soy nada y mucho.
Soy un café cortado con un poco más de leche.
Soy algo extraño y difícil de comprender.
Soy locura y realidad.
Soy todo menos lo que dicen.
Soy algo que a veces desaparece.
Soy el viento y el frío convertido en calor.
Y a veces no se ni lo que soy.

© Ale Marquez Garcia

Que me coman los leones

(autorretrato etílico)

Puedo decir ah azul y eso y piedra y alga y musgo
pero siempre fui polilla de poca conversación mediática,
aprendí que el viento a veces muerde aires funámbulos
y estuve más pendiente de la luz, que de Unamuno;

hoy un niño buceó su cometa submarina en un charco
y unas libélulas bailaron en la intimidad de una farola,
y claro, se nota que cada cual tiene sus preferencias
recuerdo el guitarrista viejo de Picasso, y su guitarra;

a las cinco se formó una sombra pálida y apolítica
y tierras y verdes y grises se confundían con nostalgia,
y claro, aborrecí de verdades con posturas infinitas
recuerdo al violinista celeste de Chagall, y su ventana,

puedo decir ah ocre y eso y espina y raíces y olmo
pero siempre fui mitómana con propensión a la locura,
aprendí que la voz a veces se despega sin preámbulos
y estuve más pendiente del color, que de Machado.

© Sandra Rubio.

Éramos violentos

Éramos violentos y algo tristes.
El paraiso entonces
era besar tus labios,
ir contigo a los muros donde en tiempos de paz
se abrazan las parejas
como si cachearan al amor.

Era el setenta y siete.
Tenías veinte años y un temblor en el pecho
de palomas miedosas que acostumbrron pronto
a probar la ternura de mis manos.

Éramos violentos: agentes de uniforme
saqueaban las aulas en busca de octavillas,
de libros prohibidos;
no comprendieron nunca que en los parques de octubre,
besándonos los labios,
fuimos más inquietantes, mucho más peligrosos
que gritando en las calles mientras no sperseguían.

Tenías veinte años:
Recuerdo que en un muro,
bajo la sangre quieta de unas siglas,
hicimos el amor en pie de guerra.

© Pedro Sevilla

domingo, 14 de febrero de 2010

Amor & Arena

Hundirte poco a poco en el agua,
sentir la bienvenida de las olas,
salir del agua,
y sentir las gotas resbalar poco a poco por todo tu cuerpo.

Sentirte vivo.
Y luego,abrazarte a ella,sobre la arena,y sentir que os da igual llenaros de arena,
que os da igual quemaros con el sol,
os váis a tatuar la piel de besos y caricias,
y eso lo supera todo.

... que los besos salados de agua del mar siempre me supieron mejor*

© Alejandro Holgado Gómez

miércoles, 10 de febrero de 2010

Y se hizo la luz

Tal vez soy el último en llegar, seguro que tarde. Pero se empeñaron en que me adaptase a las nuevas tecnologías, que buceara en La Red y no he tenido más remedio que tirarme a la piscina cibernética. Deberé escribir sin papeles, ni bolígrafo, golpeando a un ratón. No podré mirar a la cara, si no a una pantalla. En fin, que ahora comunicarme con los demás deberé entenderlo como bloguear y hacer un Blog. Me ha tocado y no puedo dar marcha atrás. Me han convertido en bloguero. Algunos dirán que por fin se hizo la luz para mí. Yo me pregunto ¿cuantos recibos debía?

© Diego Alpresa "Besulp"

lunes, 8 de febrero de 2010

Belleza desnuda

Porque pretendes ignorar la belleza que no lleva vestido,
sufro.

Porque aún necesitas de encajes y de adornos,
de pensamientos,
de ideas plagiadas y de canciones que no te dicen nada,
sufro.

Porque pretendes arrastrar contigo a ese mundo,
que no es el que te place,
a gente que es muy débil para sentirte fuerte,
sufro.

Y en definitiva;
porque no eres tú, y tú tal como eres, contigo y con los otros,
sufro.

Pero comprendo que son pesadas tus cadenas...
esas cadenas que arrastras,
y ese circo que has hecho de tu mundo te ayuda a soportarla.

© Ana Segura Maqueda

sábado, 6 de febrero de 2010

SAKINA

Temprano levantó la muerte el vuelo...
(Miguel Hernández)

Mi corazón se llena de la luna
al evocar la noche de tu muerte,
era una luna seductora y fuerte
que el viento desplazó como una duna.

Entró por la ventana y en tu cuna
distribuyó su luz para envolverte,
brillaba con afán de protegerte
ciñendo otro adjetivo a tu fortuna.

Como estabas dormida y agotada
después de tantos lunes de desvelo,
y estabas dulcemente descuidada,

la luna remontó de nuevo el vuelo
dejando tras de sí la madrugada
y una sombra implacable por el suelo.

© Jesús Fernández Palacios
(De Los poemas de Sakina)

Despacio

Se me apaga tu cuerpo entre las manos
tan despacio.
Pavesa diminuta, luz efímera
tu amor, aunque me empeñe en sustentarlo.
Tan despacio te pierdo.
Y hasta el dolor que aferro con argucias
se vuelve limitado y manejable.
Tan despacio te pierdo,
con tanta exactitud,
irrevocablemente.

© Josefa Parra
(De "Alcoba del agua")

Suspiros...

¡Ay! Qué será de mi pena, mi aliada,
que se agarra al alma como clavo ardiendo.
¡Ay! Mal humorada espiga del trigal de ensueño,
que olvidó su grano como polvo al viento.

Y que de tus manos nazcan mis manos,
y que de tus labios mis deseos,
y que no se olviden las noches de verano,
en las que en vez de soñar vivíamos el sueño.

¡Ay! Ya se marchan mis recuerdos,
marchitados, abatidos.
El olvido se abre paso, con sus dedos,
y despacio va instalando su nido.

Y que tus ojos deshagan mi cuerpo,
y se entrelacen nuestras miradas.
Y que tu pelo baile con el viento,
y que el sol ilumine tu cara.

© Manuel Fernández Guerra.

viernes, 5 de febrero de 2010

Voluntad

Por allí,
nunca más por allí
donde las losas no admiten
sino el roce del aire
que jamás las piernas surcaron.

El mismo viento en distinto
sitio, reacio a permitir al alma
dispuesta a encauzarse.

Que nadie atesore su espacio
trazado
que no olvide, desde su paralelismo,
-me dicen observando-
que la mente se fija siempre
en los mismos objetivos
y que cuesta no permitir algunos
para poder hacer bien la cena
todos los dias.

© Cristóbal Barrero Gómez

Kamikaze

Soy un lunático,
un enfermizo loco
lleno de blancos y negros,
de claroscuros rotos
y silencios maltrechos.

Abrazo lo vacío,
todo lo invisible,
incluso lo fugaz,
también lo imprevisible.

Soy un soñador empedernido
que juega a ser poeta,
un malabarista descoordinado
asustado de la primavera.
Soy, dices, un loco imprevisible
amigo de las estrellas.

Lloro sin saber por qué,
vuelo lejos entre los versos,
implacables versos aislados
llenos del sabor del deseo.

Soy un kamikaze enamorado
preso en mi avión de papel.

© Juan Antonio Baena Niño

jueves, 4 de febrero de 2010

Jardín de noche

Es demasiado pronto
para toda esta noche solitaria.

No hay besos en el parque
ni niños rezagados.
La fuente está callada
escuchando el romance de los grillos
y los aŕboles duermen aburridos y ajenos.
Los columpios esperan
y se mueven despacio mecidos por la nada.

Consumido en un charco sobre el césped,
el cadáver de un pájaro susurra:
“La vida es un fantasma sin teatro
que ronda por los hilos
de cobre en las alturas”.

© Darío Pérez Carvajal

Todo lo azul del mundo

Aquí, sobre este folio, para explicar mi infancia,
todo lo azul del mundo: las canicas
como extraños planetas de cristal
brillando entre mis dedos, los océanos
de los primeros cuentos con piratas y barcos,
el cielo de mi calle
y poco más, si acaso algunos golpes
de lluvia en los cristales, por septiembre.
Pero –cómo explicarlo-,
todo sería gris en la memoria
sin lo aun más azul: los ojos de mi madre.

© Pedro Sevilla

Buzón de voz

No sé ni a qué hora
me fui a la cama anoche,
sólo recuerdo que me dejé caer
lentamente sobre ella.

Tampoco sé cómo desperté
derribado en el suelo,
sobre la alfombra roja
de mi desesperación.

Pobre cabeza la mía
que da mil vueltas sobre sí misma
aumentando, más si cabe,
la fatiga de mi corazón.

Llevo ya dos horas llamándote
al móvil, bebiendo cerveza
y pensando qué le voy a decir
a tu buzón de voz para impresionarte.

© Miguel Ángel Rincón Peña
(Del libro "Poemas en el equipaje")

Dame tu mano

Y no es ser el primero,
ni el deseo de ganar
lo que me anima a llegar.
Este es el premio que quiero:
llegar juntos, compañero.

Camino, ahora, sin prisa,
presto a dar esa sonrisa
que un día fue para mí
bálsamo que recibí
cuando la fatiga avisa.

El esfuerzo no es en vano.
Un apoyo buscarás,
entonces comprobarás
que siempre, tarde o temprano,
alguien te dará la mano.

Cuando me encuentro cansado
una voz corre a mi lado
con un “ya estamos ahí”.
Y me olvido que sufrí
si juntos hemos llegado.

© Juan Manuel Alcedo.

13 de abril de 1931

Descansa, compañera, descansa,
mañana llegará el momento
de dar un vuelco a la balanza.

Disfruta, compañera, disfruta,
no estás sola en esta lucha,
miles de personas te protegen
y desde el cielo te observan.

Aries, Luna, Leo...

Duerme, compañera, duerme,
mañana conocerán tu nueva
y como la nueva Mesías
te recibirán con palmas.

Y observarás
como tiemblan, compañera,
porque de miedo temblarán
la Iglesia y la Burguesía.

Nana, nanita, nana...

Duerme, compañera, duerme,
como agua de mayo llegarás,
antes de tiempo, eso si,
haciendo crecer las ilusiones.

Y observarás
como tiemblan, compañera,
porque de alegría temblarán
los Campos y las Escuelas.

Nana, nanita, nana...

Descansa, compañera, descansa,
mañana llegará el momento
de dar un vuelco a la balanza.

© David Romero Raposo
(del libro Tras las huellas)

Buscando (svokdos V)

hay un pájaro desnudo en la rama de mi memoria
que canta a esa luz que se desmelena
bajo el espejo añil que me cobija
mientras algunos caminos
se van borrando

© Tomás Mielke

CITROËN MÉHARI

“Llévame oh llévame a la perdición
en mobilette mi amor.”
-Aníbal Núñez-


Haberme dicho, amor, en tus misivas
cibernéticas, que el descapotable
ese del que me hablabas
y me jurabas –qué cara tienes-
aparcar en mi puerta, las vecinas
pendientes, yo arreglada,
haberme dicho, leche, que ese coche
era como eres tú, un amasijo
de risas/ una cosa por revisar
sin puertas, sin cadenas, sin ventanas,
sin luces, ¿y el techo?
- contigo siempre llego a la Encomienda
con la atmósfera por montera-.

Si yo hubiera sabido antes esto,
(quién iba a imaginar)
que una tartana, tú la llamas Mehari,
sin tilde, así: “Mehari”,
era tu descapotable tan famoso,
y que ahora me sonríes, las manos
al volante, las chanclas sobre el freno,

que me maten si no salgo corriendo
a buscarte y a darnos a la vida
al vuelo, a ras, al Duero.

Tocata y fuga a dos caballos. Esta
es la hora de darnos jaque, pronto.
Haberme dicho, amor, que tú eras esto.
Hubiera cabalgado antes.

© Carmen Camacho.

SONGOFSONGS (Fragmento)

(…)
El Novio: Dejadme, bellas damas, desmayado.
Alejad los perfumes que sahúman
mi ebrio corazón acucharado.

Estos ciegos vapores no difuman
la imagen obstinada de mi dueña
que esta noche los poros me rezuman.

Sus pies son como nidos de cigüeña
que esperan en los duros pedregales
mis besos como sola contraseña.

Sus caderas son campos de trigales
y su ombligo es un ánfora redonda
donde hibernan extraños animales.

Su vientre es pan. Su espalda, una anaconda
que trepa por la rastra de su pelo
y ronca entre los pliegues de su fronda.

Sus pechos son banderas del subsuelo,
su cuello un arrebato de corceles,
sus ojos un laúd y un violonchelo.

Su boca es un incendio de pinceles
que llenan el espacio y es su risa
como una transfusión de cascabeles

Su frente y su perfil son la cornisa
de todos los abismos, caravanas
del mundo cuando el mundo tiene prisa.

Su cuerpo, en fin, es agua de campanas,
amor de ciegos, hacha bienhechora,
meteorito en formol, mapa de iguanas.

Por eso, bellas damas, a esta hora
de estrellas, de medusas y vacío,
dejad mi cuerpo en paz, que mi señora
descansa ajena al cáncer de este frío.

© Miguel Ángel García Argüez
(de La Venus del Gran Poder)

Misantropía

Es la estupidez rosa de estos tiempos de apogeo
de la carne dura y la flaccidez de las ideas.

Es la alexitimia colectiva, el gran letargo
virtual de pantallas que ya lloran por nosotros.

Es el hiriente brillo de las joyas ajenas.
Es ver pasar la vida de otros, sin haber vivido.

Es el lenguaje hecho mil hebras de ruido a propósito.
Es silencio forzoso de todas las miradas
que saben, que conocen, que recuerdan, que olvidan.

Y la nieve seguirá sobre huesos, y cenizas
año tras año, invierno tras invierno.
Como en Auschwitz, por ejemplo…

Hay tantos motivos para renegar qué somos
que no hay vida suficiente.

No hay tiempo
para digerir tanto odio.

Mientras, esperamos, ebrios
de fácil desmemoria colectiva,
que llegue el tren cobarde del vacío.

© Rosario Troncoso.

NIÑA DE AZUL

Se te fragmentó el vestido al sentirte acorralada
en el anverso o reverso de este cuarto de esta esquina,

camaleón angélico que en Modigliani despertaba
luminarias estelares que aún por el suelo, se revuelcan,

y cuentan, sombras malvas que en la pared se estancan:
el amargor del que huye de algo que lo estrecha;

yo también vi las adormideras instantáneas,
y como una isla, tu pequeña boca roja mentirosa

arrojando silencios con las manos muy conjuntas,
huyendo, a las puntas de aguja de tus ojos inmensos,

y el dibujo de tu cara de princesa destronada,
y la tristeza simétrica que tu tierno flequillo abarca,

¿dónde quedó la risa partida?¿qué te arrancó
la parca, niña de azul? ¿por qué me miras?

en el anverso o reverso de este cuarto de esta esquina,
se te fragmentó el vestido al sentirte acorralada.

© Sandra Rubio.
Un poema inédito, perteneciente a "Casa de Fieras".