jueves, 4 de febrero de 2010

Jardín de noche

Es demasiado pronto
para toda esta noche solitaria.

No hay besos en el parque
ni niños rezagados.
La fuente está callada
escuchando el romance de los grillos
y los aŕboles duermen aburridos y ajenos.
Los columpios esperan
y se mueven despacio mecidos por la nada.

Consumido en un charco sobre el césped,
el cadáver de un pájaro susurra:
“La vida es un fantasma sin teatro
que ronda por los hilos
de cobre en las alturas”.

© Darío Pérez Carvajal

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