Aquí, sobre este folio, para explicar mi infancia,
todo lo azul del mundo: las canicas
como extraños planetas de cristal
brillando entre mis dedos, los océanos
de los primeros cuentos con piratas y barcos,
el cielo de mi calle
y poco más, si acaso algunos golpes
de lluvia en los cristales, por septiembre.
Pero –cómo explicarlo-,
todo sería gris en la memoria
sin lo aun más azul: los ojos de mi madre.
© Pedro Sevilla
jueves, 4 de febrero de 2010
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qué gusto poder leer a Pedro en la red, un abrazo
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